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Erasmus +: Experiencia Oporto

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Como parte de nuestro compromiso con la internacionalización y la mejora continua de nuestra práctica docente, dos profesoras de nuestro centro han tenido la oportunidad de realizar un Job Shadowing en el "Agrupamento de Escolas do Cerco do Porto", en Oporto. Este agrupamiento educativo está compuesto por seis Escuelas Básicas y una Escuela Básica y Secundaria, brindando una visión integral del sistema educativo portugués.

 

Durante la movilidad, nuestras docentes fueron acogidas por el equipo educativo del centro, quienes les mostraron la organización del sistema educativo en Portugal, así como las particularidades de su agrupamiento. Una de ellas visitó diversas escuelas primarias, observando las metodologías de enseñanza en distintos niveles educativos y los proyectos que se desarrollan. La otra profesora acompañó a docentes de la escuela secundaria, analizando su enfoque pedagógico y su forma de trabajo en las diferentes asignaturas.

Este Job Shadowing nos permitió conocer de cerca la estructura educativa de Portugal, que se divide en cuatro niveles principales: preescolar, educación básica, educación secundaria y educación superior. En particular, la educación básica consta de tres ciclos diferenciados: el primer ciclo (6 a 10 años), el segundo ciclo (10 a 12 años) y el tercer ciclo (12 a 15 años). La educación secundaria, por su parte, comprende los tres años posteriores a la educación básica, atendiendo a jóvenes de entre 15 y 18 años.

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Uno de los aspectos más enriquecedores de nuestra movilidad fue el contacto con la realidad social del "Agrupamento de Escolas do Cerco do Porto". Ubicado en un barrio de viviendas sociales, su alumnado proviene de diversos orígenes culturales, con una notable representación de la comunidad gitana y otras nacionalidades. Además, el centro cuenta con un alto porcentaje de estudiantes con necesidades educativas especiales, quienes tienen grupos asignados para ciertas asignaturas como música, arte y educación física, mientras que el resto del tiempo reciben apoyo específico en sus aulas adaptadas.

 

En nuestra visita, descubrimos iniciativas innovadoras en varias de las escuelas. La Escuela Primaria Falcão, por ejemplo, ha implementado cubiertas verdes y paneles fotovoltaicos para mejorar la eficiencia energética y la sostenibilidad del edificio, promoviendo la biodiversidad a través de soluciones basadas en la naturaleza. Por su parte, la Escuela Primaria São Roque da Lameira participa en el programa Eco-Escolas, fomentando la educación ambiental y la conciencia ecológica entre el alumnado. Además, la diversidad cultural de esta última refleja la multiculturalidad de Oporto, enriqueciendo el entorno educativo con experiencias interculturales y promoviendo la inclusión.

Asimismo, en la Escola Básica e Secundária do Cerco, pudimos conocer proyectos centrados en la educación emocional, incluyendo actividades de relajación y sesiones de improvisación afectiva entre estudiantes. También tuvimos la oportunidad de asistir a conciertos escolares, evidenciando la fuerte apuesta del centro por la educación musical y su impacto positivo en el desarrollo del alumnado.

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En definitiva, esta movilidad Erasmus+ ha sido una experiencia enriquecedora para nuestro centro. Nos ha permitido observar otras realidades educativas, intercambiar buenas prácticas y reflexionar sobre posibles mejoras que podemos implementar en nuestro contexto. Agradecemos la hospitalidad del "Agrupamento de Escolas do Cerco do Porto" y esperamos seguir participando en este tipo de experiencias que fomentan el aprendizaje y la colaboración internacional.

Erasmus +: Experiencia Lyon

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Recientemente, un grupo de ocho alumnos y dos profesoras de nuestro centro educativo tuvieron la oportunidad de participar en una enriquecedora movilidad dentro del programa Erasmus+. Esta experiencia internacional no solo cumplió con los objetivos marcados en nuestro proyecto, sino que también dejó una huella imborrable en cada uno de los participantes.

Durante esta movilidad, vivimos de primera mano el espíritu europeo de cooperación, aprendizaje y crecimiento compartido. Uno de los principales objetivos fue concienciar a nuestra comunidad educativa sobre los desafíos medioambientales actuales, y cómo todos podemos contribuir, desde nuestra realidad local, al desarrollo sostenible del planeta. Las actividades realizadas durante la estancia estuvieron centradas en el respeto al entorno, la sostenibilidad y la responsabilidad ecológica.

Uno de los momentos más destacados del viaje fue la llegada al centro educativo Institution Saint-Denis y el encuentro con el  grupo de alumnos que nos acogieron durante la estancia. A lo largo de una semana, nuestros estudiantes y sus compañeros franceses compartieron diversas actividades conjuntas, lo que les permitió desarrollar habilidades comunicativas en lengua francesa a través de intercambios espontáneos y naturales. Esta interacción directa mejoró notablemente su comprensión oral y su capacidad para expresarse en situaciones reales del día a día.

Además, el contacto directo con estudiantes locales permitió a nuestro alumnado poner en práctica aspectos socioculturales del idioma, fomentando la empatía, el respeto por otras culturas y la apertura a nuevas formas de interacción. En definitiva, este primer momento de encuentro contribuyó de manera significativa al desarrollo de su competencia intercultural y comunicativa, sentando las bases para una inmersión más profunda durante el resto del programa.

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Otro de los logros más significativos fue la internacionalización de nuestro centro, que se proyecta cada vez más hacia Europa, fomentando el entendimiento y el respeto mutuo entre jóvenes de distintos países. Esta experiencia refuerza nuestro compromiso con los valores europeos de inclusión, diversidad y cooperación.

Asimismo, esta movilidad ha sido una oportunidad clave para impulsar la digitalización del centro e innovar en metodologías de enseñanza-aprendizaje, incorporando herramientas digitales y enfoques pedagógicos que enriquecen la experiencia educativa y motivan al alumnado.

La experiencia Erasmus+ ha sido, sin duda, un paso más en nuestro compromiso con una educación moderna, abierta y comprometida con los retos del presente y del futuro. Agradecemos a toda la comunidad educativa su implicación y apoyo en este proyecto, y muy especialmente a Juan Antonio Sánchez, profesor que nos acogió en su centro educativo y nos ayudó en todo momento a la organización y desarrollo del mismo. 

¡Seguimos trabajando para ofrecer nuevas oportunidades que transformen positivamente nuestro entorno escolar!

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Erasmus +: Experiencia Finlandia

Un viaje a Finlandia que nos hizo ver otro tipo de educación

 

Del 11 al 17 de mayo dos compañeras de nuestro centro tuvimos la oportunidad de participar en un curso de formación sobre el sistema educativo finlandés en la ciudad de Porvoo, gracias al programa europeo Erasmus+. Esta experiencia ha sido, sin duda, una de las más enriquecedoras de nuestra trayectoria profesional, no solo por la posibilidad de conocer de cerca un modelo educativo ampliamente reconocido por su calidad, equidad y enfoque humanista, sino también por la reflexión profunda que ha suscitado sobre nuestra propia práctica docente. 

Finlandia lleva años despertando el interés de educadores de todo el mundo. Su sistema no destaca tanto por los resultados en pruebas internacionales como por lo que hay detrás de ellos: una estructura sólida, estable y centrada en las personas, que pone el foco en el bienestar, la confianza y la autonomía, tanto del alumnado como del profesorado. Esta visión integral y coherente de la educación se respira en cada rincón del país, desde las aulas hasta las decisiones institucionales. Una Educación al Servicio de la Sociedad En el corazón del modelo finlandés late una idea poderosa: la educación es el principal motor del desarrollo nacional. 

No se entiende como un mecanismo de instrucción académica, sino como un proceso de construcción social y personal. Por ello, la inversión pública en este ámbito es elevada y sostenida. El acceso a la educación es universal, gratuito y verdaderamente equitativo, incluyendo la enseñanza, los materiales, el comedor y el transporte. Esta apuesta firme por la igualdad de oportunidades refuerza el compromiso de toda la sociedad con la escuela, y permite que ningún estudiante quede atrás por razones socioeconómicas. 

Una de las claves del éxito finlandés radica en la estabilidad institucional. El sistema educativo está regulado por la Junta Nacional de Educación, un organismo técnico, permanente y no vinculado a vaivenes políticos, compuesto por representantes de diversos sectores: docentes, familias, alumnado y tejido empresarial. Esta estructura garantiza una toma de decisiones más inclusiva, coherente y duradera.

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Durante el curso, visitamos distintos centros educativos y compartimos espacios de diálogo con docentes y directivos. Una de las características que más me impresionó fue la baja ratio alumno/profesor, que permite una atención individualizada, ajustada al ritmo y necesidades de cada estudiante. Esta medida no solo mejora el aprendizaje, sino que también favorece el vínculo emocional, el respeto mutuo y la personalización de la enseñanza. El profesorado goza de un altísimo reconocimiento social. No se accede a un puesto solo por méritos académicos, sino también por habilidades interpersonales, motivación y compromiso con la docencia. De hecho, el proceso de selección incluye entrevistas en profundidad, muy similares a las del sector privado. Esta exigencia inicial se traduce en un cuerpo docente altamente vocacional y profesionalizado. Además, los profesores permanecen durante años en los mismos centros, lo que favorece la estabilidad de los equipos, la continuidad del seguimiento al alumnado y un clima escolar más sólido. 

La formación inicial que reciben en la universidad está profundamente centrada en la práctica, con especial atención a la didáctica aplicada y a las competencias pedagógicas reales. No sorprende, por tanto, que se confíe plenamente en su labor: no existen inspecciones externas ni una burocracia que interfiera en su día a día. El foco está en motivar, acompañar y enseñar, no en controlar. 

Evaluar para Aprender: Uno de los aspectos más inspiradores del sistema finlandés es su enfoque de la evaluación. Lejos de los exámenes tradicionales, la evaluación se concibe como un proceso formativo, continuo y cualitativo. El aprendizaje no avanza por cursos académicos fijos, sino por la adquisición de competencias. Cuando el alumnado demuestra haberlas interiorizado, puede pasar a nuevos contenidos, independientemente del calendario o la edad. Esta lógica flexibiliza los itinerarios y reduce significativamente la presión sobre el estudiante. La evolución se comunica mediante plataformas digitales en las que el profesorado deja breves anotaciones cualitativas. Este sistema permite un seguimiento útil y humano, centrado en el proceso más que en el resultado.

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Una Educación para la Vida En Finlandia, la escuela no solo prepara para exámenes, sino para la vida real. Desde la educación primaria, el alumnado cursa una asignatura obligatoria llamada Home Economics, que les forma en aspectos prácticos como la gestión del hogar, la comprensión de facturas, los derechos ciudadanos o cómo enfrentarse a trámites legales. Esta materia contribuye a desarrollar personas autónomas, responsables y activas en la sociedad. Su presencia en el currículo refleja una visión de la educación como una herramienta para la emancipación personal y no solo como una vía hacia el mercado laboral. Bienestar, Comunidad y Respeto Mutuo.

Un eje transversal del sistema educativo finlandés es el bienestar emocional. Se cuida con esmero el clima escolar, el respeto entre iguales y hacia el profesorado, la cohesión del grupo y la salud mental. La figura del docente goza de un respeto profundo: no se cuestiona su labor, se valora su criterio y se protege su tiempo. Este ambiente de confianza permite trabajar con serenidad, creatividad y compromiso.

Igualmente notable es la implicación de las familias, que participan activamente en la vida escolar. No se limitan a recibir información: colaboran en proyectos, proponen ideas y construyen comunidad. El alumnado, por su parte, entiende que está formándose no solo para sí mismo, sino para aportar valor a la sociedad. Esta conciencia cívica es visible en la responsabilidad con la que se implican en su propio aprendizaje. 

Este viaje no nos ha llevado a idealizar Finlandia, pero sí nos ha hecho mirar con otros ojos nuestras prácticas. Nos hemos reafirmado en que en nuestro centro hay talento, vocación y un enorme potencial para avanzar. No se trata de copiar un modelo, sino de inspirarnos en él para repensar lo que hacemos. Proponnemos que empecemos por pequeños cambios realistas: diseñar un sistema de seguimiento competencial en nuestras tutorías, dedicar tiempo a la educación para la vida desde las materias transversales, crear espacios de acogida emocional al inicio del curso, seleccionar a los coordinadores por su actitud y liderazgo pedagógico, y abrir la escuela a las familias como comunidad viva. 

Todo esto requiere esfuerzo, sin duda. Cambiar implica salir de la rutina, reorganizar, arriesgar. Pero también abre nuevas posibilidades, renueva la motivación y, sobre todo, mejora el bienestar de nuestro alumnado y de quienes enseñamos. La clave está en dar pasos viables, sostenidos y compartidos.

 Un Agradecimiento Especial: Esta experiencia no habría sido posible sin la impecable organización de Mario Muñoz, a quien agradezco profundamente su labor y compromiso. Gracias también a Sheila, nuestra profesora durante el curso, cuya claridad, calidez y eficaz traducción nos permitieron sumergirnos sin barreras en el corazón del sistema educativo finlandés.

En su página web www.sistemaeducativofinlandes.com podéis conocer más sobre el trabajo que realizan y descubrir otras propuestas formativas en esta misma línea. 

No queremos terminar este relato sin agradecer profundamente a los otros 27 docentes de todos los niveles educativos con quienes compartimos esta experiencia. Ha sido un verdadero privilegio convivir con profesionales tan diversos, comprometidos y generosos. Las conversaciones mantenidas, los intercambios de ideas y puntos de vista, y los momentos compartidos fuera del aula han enriquecido enormemente esta vivencia. Nos llevamos no solo aprendizajes pedagógicos, sino también muy buenos recuerdos y vínculos personales que confirman que la educación es también una cuestión de comunidad, de escucha y de entusiasmo compartido. Para terminar… , nos hemos traído muchas ideas, sí. Pero, sobre todo, una certeza: otra educación es posible y empieza por nosotros. No se trata de ser Finlandia, sino de ser mejores en lo que hacemos, con los recursos que tenemos, desde donde estamos.